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magulladuras. Los aullidos no cesaban de golpear en su cabeza. Estaban cerca,
muy cerca. Sacó fuerzas del puro terror que le consumía. Ya no corría, se
arrastraba desesperado entre las raíces y los arbustos. Me están atrapando
pensó. Casi podía sentir su aliento terrible, podía ver sus malvados ojos. Estaba a
punto de abandonarlo todo completamente exhausto, cuando vio de repente una
tenue luz entre los árboles. Estaba salvado. Se lanzó hacia allí loco de alegría. Ya
no los oía, se había salvado, no habían podido cogerlo. Theodore Wallace había
podido con Ellos.
3
Un cuerpo cayó al agua tranquila del pantano. Entre la vegetación, en la
oscuridad, unos ojos salvajes brillaron.
No se encontró el cadáver de Theodore Wallace. El veredicto del juez fue muerte
por accidente. Fue una verdadera lástima que el personal del sanatorio mental
cercano al pantano no hubiera oído nada debido al alboroto de los gritos de los
enfermos. No se encontró ninguna evidencia contra Jim, que fue encontrado
inconsciente junto al carro. El funeral fue realmente emotivo y asistió lo mejor de la
ciudad. Jim también estaba allí. Nadie dejó de notar la extraña expresión de
aquellos indómitos y salvajes ojos.
FIN
4
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